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miércoles, 25 de agosto de 2010

Emotivo pregón de Carlos Gazapo. Merece la pena leerlo



Buenas noches.
Señor Alcalde.
Señores Concejales.
Reina y Damas de Honor.
Buenas noches queridos amigos y vecinos de Valencia de Alcántara.
Para mí es un honor, ser pregonero de las ferias y fiestas de San Bartolomé, un honor y un cierto atrevimiento, porque estoy seguro que hay personas mucho más capacitadas que yo para ocupar este lugar.
Un año más nos encontramos en esta Plaza de la Constitución, como preludio a nuestras fiestas, un momento de encuentro y convivencia, con nuestros familiares, amigos y emigrantes que año tras año, acuden a ellas.
Es un placer estar aquí esta noche, y compartir con todos vosotros, mis sentimientos hacía nuestro pueblo y parte de las vivencias que en veinticuatro años han ido marcando mi vida.
No soy buen orador, más bien parco en palabras, pero aun así pondré todo mi empeño en haceros agradable este momento.

Para escribir un pregón, normalmente, uno echa mano de sus recuerdos y acaba compartiendo con los demás vivencias y anécdotas que le ocurrieron en su infancia, en su adolescencia, en su juventud, recuerdos de tiempos pasados, gratos de contar.
Por mi edad, esas etapas están bastante cercanas, y las he vivido entre vosotros, pasando esos primeros años de mi vida, jugando y disfrutando por las calles y plazas de nuestra querida Valencia.
Fui alumno del Colegio General Navarro y Alonso de Celada, del que guardo muy buenos recuerdos, y muy buenos amigos, primero en las aulas ubicadas en el Convento de Santa Clara, nuestra playa, y los últimos cursos en Buenos Aires, donde actualmente se encuentra dicho colegio.
Es durante esta última etapa, con ocho años, cuando inicio mis primeros contactos con el mundo del atletismo.
Mi primera prueba fue la carrera popular de San Pedro, que todos los años se realiza en el mes de Agosto, y que nos permite disfrutar, durante su recorrido, de una pequeña parte de nuestra apreciada campiña.
A partir de ese día pasé a formar parte de la Escuela de Atletismo de Valencia de Alcántara, y lo que en principio fue como un juego, se ha convertido con los años en una parte de mi vida de la que me es muy difícil desconectar.
Todas las tardes después de terminar las clases, cogía mi inseparable mochila y me dirigía a las pistas del polideportivo.
Calentamiento…
Estiramientos…
Y a correr…
Una de las ventajas de practicar este deporte es el no tener que hacerlo en un recinto especial o cerrado, como ocurre con otros, lo que te permite elegir tus rutas, admirar lo que te rodea, en definitiva estar en pleno contacto con la naturaleza.
Y Valencia de Alcántara se presta para ello. Sus largos y sinuosos caminos me permiten realizar mis rodajes de bastantes kilómetros sin pasar dos veces por el mismo sitio.
Rutas de entrañable encanto, caminos que transcurren entre castaños, alcornoques, encinas, propios de nuestra flora y que utilizo como pistas de entrenamientos.
Dar la vuelta al pantano de Alpotrel.
Subir por el barrio del Valuengo y seguir por el camino que me lleva a la carretera de Alcorneo.
Desplazarme a Puerto-Roque y subir a lo alto de la Sierra Fría, lo que me permite disfrutar de unas vistas especiales, algo distintas a las que teníamos antes del 2003, pero que, poco a poco, va recuperando su verdor.
Y están las famosas cuestas que mi querido amigo y entrenador Manolo me prepara de vez en cuando para fortalecer las piernas. Las suelo realizar en el camino de la cantera, los que soléis andar por allí sabréis que hay una bastante empinada, justo al lado de ella. Aun que más de una vez las he hecho en la subida a la ermita de nuestra Virgen de los Remedios.
Pero si hay un sitio especial para nosotros, los atletas de Valencia de Alcántara, es el camino de la Fontíña.
Lo hemos recorrido miles de veces, tarde tras tarde, con calor, con frio, con lluvia. Nos lo conocemos palmo a palmo, su regato, sus prados, sus fuentes, sus alcornoques y olivos.
Kilómetro Dos, Regato Peje.
Kilómetro tres, por la Buenavista.
Kilómetro cinco por los Salones.
Y así, hasta dar la vuelta por el Cortiñal y regresar a las pistas por la carretera de San Pedro. Muchos de vosotros nos habréis visto pasar por ese camino. Se echa de menos cuando se esta fuera.
En definitiva, Valencia me ofrece un sinfín de posibilidades, que me hacen mucho más amena la práctica del atletismo.
En los primeros años de atleta tengo como entrenadora a Remedios Márquez y mis competiciones son a nivel regional. Crosses, millas, carreras populares de fines de semana, van despertando en mí el interés por este deporte.
Es en el año 2002, en categoría juvenil, cuando acudo a los primeros campeonatos de España con la Selección Extremeña. No me fue nada mal, conseguí a nivel colectivo el Subcampeonato de España.
En el año 2003 cambio de club , ficho por el Atletismo Olivenza y empiezo a entrenar con Manuel Núñez Vivas, mi actual entrenador, al que todos conocéis, buen atleta, muy buen maestro en el arte de entrenar, a la vista están mis resultados, y sobre todo muy buen amigo. Hemos compartido momentos de éxito y ha sabido ayudarme en los momentos difíciles. Con él logro dos medallas con la Selección Extremeña, una de plata en 2003 y una de oro en 2004.
En la temporada 2005 ya perteneciendo al Club Atletismo Almaraz donde continúo hoy, empiezo a lograr mis mejores resultados individuales.
Consigo ser campeón de España de 10000 m. lisos en Gijón, lo que me da el pase para participar en el campeonato de Europa junior, que se celebra en Lituania. Y logro mi mejor resultado hasta ahora, la medalla de bronce en los 10.000 m.
En categoría promesa, soy por dos años consecutivos subcampeón de España de 5OOOm. Lisos, y otras dos veces subcampeón en los 10.000, medalla de bronce en campo a través y vuelvo a formar parte de la selección española, participando en el campeonato de Europa, que se celebra en Hungría, y en el Europeo de cros que se celebra en Bruselas.
En este último europeo estuvo muy bien representada Extremadura ya que fuimos seleccionados 7 atletas de la región, pero mejor lo estuvo nuestro pueblo, Valencia de Alcántara, ya que de esos siete, tres somos nativos, Javier Alves, Manuel Núñez y un servidor.
Con 23 años paso a categoría absoluta, logrando la decima posición en el campeonato de España de 10.000 m. celebrado en Avilés.
He sido seis veces internacional con la selección española.
Estos son por encima mis mejores resultados hasta la fecha. Esta última temporada, una lesión de rodilla que arrastro desde Febrero, me ha mantenido apartado de las competiciones, y no he podido lograr los objetivos marcados.
Conseguir todo esto no ha sido fácil. El atletismo es duro y sacrificado.
Pero ese sacrificio merece la pena.
Aparte de los resultados deportivos, me ha aportado muchas cosas a nivel personal. Ha fortalecido mi carácter, me ha enseñado a ser disciplinado, ha superar situaciones difíciles.
Mis continuos viajes me han permitido conocer, casi todos los pueblos de nuestra querida Extremadura, y en los últimos años buena parte de España y de Europa, viajes que quizás por mi cuenta no hubiera podido realizar.
Pero lo más importante, es la oportunidad que me ha brindado de hacer muchas y muy buenas amistades.
Amo el deporte e invito a la gente a que lo practique. No es necesario hacerlo como lo hago yo, a nivel competitivo, pero sí realizar algún tipo de actividad que nos permita mantenernos agiles, en forma. No hay tope de edad.
Prueba de ello son nuestras pistas del polideportivo, punto de encuentro de un grupo de personas, muy distintas entre sí, pero que tenemos como fin realizar una actividad física. Pequeños iniciándose en el atletismo, jóvenes jugando al futbol, personas mayores que tarde tras tarde caminan dando vueltas por ellas, por tratarse de un sitio seguro, y con ellos, nosotros los atletas, con nuestros entrenamientos. Todos intentamos practicar nuestro deporte interrumpiéndonos lo menos posible unos a otros.
Pertenezco a una generación, quizás un poco desmotivada, pero no carecemos de valores. Nos toca vivir tiempos difíciles en una sociedad que es cada vez más individualista.
Para llegar aquí, he contado siempre con el apoyo incondicional de mi familia, de mis amigos, de mis entrenadores,…
Mis medallas y trofeos no son frutos sólo de mis sacrificios, si no también del esfuerzo de la gente que me rodea.
Por eso es fundamental apoyar en la medida que sea posible a nuestros jóvenes. Sacrificar un poco de nuestro tiempo en ellos, merece la pena.
El deporte puede ser esa herramienta que nos ayude a rescatar esos valores que hoy día están dormidos, pero no perdidos.
Queridos amigos, es noche de fiesta y no pretendo aburriros, os agradezco vuestra presencia y apoyo. Muchos de los que estáis, en esta plaza, habéis contribuido de una manera u otra en mi formación personal o deportiva, intentaré recompensaros de la manera que mejor sé, superándome como atleta, pero principalmente siendo mejor persona.
A la gente que no seáis de Valencia, pero que sintáis un enorme aprecio por este pueblo, deciros que no os sintáis forasteros, esta es una tierra hospitalaria y agradecida.
Y a los que como yo, seáis de aquí, disfrutad estos días, olvidemos los problemas cotidianos, rompamos la rutina y vivamos la feria.
Que paséis unas felices fiestas.
¡Viva San Bartolomé!
¡Viva Valencia de Alcántara!


CARLOS GAZAPO BRAVO

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